Yerbatería cumple 9 años y este artículo es una pequeña oda a sus fundadoras y al tiempo que llevan nutriendo su relación con el mundo de las plantas. También es una reflexión—y un ritual—sobre los ciclos que se completan.
Primero, una confesión de amor
Puedo decir con toda la seguridad del mundo que Yerbatería y sus creadoras Andrea y Alejandra no tienen una admiradora más grande que yo. Resulta que hace 7 años, por una serie de cosas que pasaron en mi vida y que alguna vez conté aquí, empecé a sentir una gran necesidad de acercarme al mundo vegetal, a las yerbas, a los remedios herbales y sobre todo, al entendimiento de que las plantas—grandes maestras, mensajeras de la tierra—, son nuestras mejores aliadas. Fue entonces cuando me topé con Andrea y el chispazo entre las dos fue inmediato. En estos años, las he visto crecer, expandirse y convertirse en un referente muy importante de conocimiento, belleza y magia herbal. Hemos colaborado juntas, compartido una inmensa devoción por la Tierra (y el Cielo) y nos hemos inspirado y complementado de formas maravillosas. Conozco sus procesos, sé con cuanto rigor, respeto y sensibilidad hacen su trabajo y gracias a ellas mi mirada del mundo vegetal ha sido transformada. También, puedo atreverme a decir que hace 9 años cuándo empezó este proyecto, la conversación colectiva en torno al herbalismo en Colombia era muy tenue y estaba casi que relegada al saber indígena o a las plazas de mercado.
Sobre el número 9
Hace poco, nuestra amiga María Alquímica, aliada cercana de Yerbatería y de popora, me explicaba sobre el significado del número 9 en el tarot. Con una metáfora muy linda, me contaba que el 9, el Ermitaño, representa el momento de compleción cuando una planta ha pasado de semilla a fruto maduro y ahora cae a la tierra listo para entregar todo lo que ha acumulado en su proceso de crecimiento. El Ermitaño se detiene y a consciencia repasa lo que ha vivido, el tiempo y la experiencia ganada. Es un momento de profunda introspección y sabiduría. En el Budismo se creía que Buda tenía 9 virtudes; en el Cristianismo se habla de 9 frutos del espíritu; en el Hinduísmo el 9 representa a Brahma, el creador, y el Ramadán se celebra en el noveno mes del calendario del Islam. En la tradición Cristiana es muy común hacer novenas y en algunos lugares del mundo, a los muertos se les hace duelo durante 9 días. Nueve son los meses de gestación humana y el 9 contiene todos los números dentro de sí—todo lo que viene después es solo la evolución del proceso inicial en sus infinitas variaciones.
Un ritual a los ciclos que se completan
Entonces, porque nos encanta ritualizar e intencionar la vida y sus procesos, aquí va un ritual a los ciclos que se completan.
- Empieza por limpiar el espacio. Prende una velita y después un Sahumerio de Limpieza Energética o esparce un poco de Bruma Salvia. Esto te permitirá entrar en un estado más profundo de conexión.
- Ahora, siéntate en una posición cómoda y con la ayuda del Inhalador Herbal toma 9 respiraciones profundas. Concéntrate en cómo se siente cada inhalación y cada exhalación en tu cuerpo. Cuando vengan pensamientos disruptivos solo reconócelos y déjalos pasar volviendo a tu respiración.
- Escribe en algún papel el ciclo puntual que se completa y haz un ejercicio de agradecimiento. Agradece el camino que se ha hecho y honra cada momento y cada paso que se ha dado, reconoce las personas que han hecho parte del proceso. Recuerda quién eras al principio del ciclo y mira quién eres hoy. Da las gracias por el espacio habilitado, el tiempo transitado y la vida que se mueve. Toma unas gotitas del Elixir Tierra para invocar el elemento y aterrizar tu gratitud. Puedes quemar el papel y enterrar las cenizas.
- Por último, cierra con una cucharadita de Miel Herbal para endulzar la vida y el espacio que se abre.
A Yerbatería, Andrea y Alejandra, todo el amor y los elogios por sus 9 años y los augurios más bellos y fértiles de la Tierra en este nuevo ciclo.
Me encanta el mundo de las plantas poder utilizar lo que la naturaleza nos brinda y la yerbateria me encanta
Gracias por tus palabras y por creer en el poder de las plantas. Saludos