Hablemos de femenino en términos energéticos. Más allá de género, podemos convenir que en el universo existe una polaridad entre sombra y luz, noche y día, lo que es pasivo y lo que es activo, lo que recibe y lo que da, el eje Luna-Sol. Yin y Yang o el eterno vaivén entre femenino y masculino y todo lo que de ahí se desprende.
Hay plantas, que por su naturaleza son grandes aliadas para invocar la feminidad, la fertilidad, la sexualidad—aspectos de la energía más sutiles, más coquetos, más tenues. Plantas de muchas flores, con colores llamativos y suaves perfumes, embriagadoras y envolventes. Como la Clitoria, por ejemplo, sobre la cual conversamos en una entrada pasada, poderosa aliada del sistema reproductivo femenino.
Este mes, que es el mes solar de Tauro y que la energía nos llama a conectar con el placer, con la belleza de experimentar la vida a través de los sentidos y la sensualidad y con toda la coquetería y la vanidad, donde además también celebramos a la Madre, queremos hablar de cómo podemos llamar y cómo podemos nutrir la energía femenina.
Conectar con la emoción, dar paso a la intuición, abrirnos a recibir, gestar y cuidar.
Despertar el amor propio y la coquetería
En un par de entradas pasadas les contamos sobre algunas plantas para volver al amor y sobre algunas plantas que estimulan la energía sexual. Al actuar sobre nuestro sistema circulatorio y nervioso, su efecto es activar las aguas internas, llevando también un poquito de calor a los lugares necesarios
Ellas nos estimulan y nos ayudan a conectar con el aspecto venusino y delicioso que nos habita. Algunas de nuestra favoritas son Rosa, Damiana, Vainilla, Cardamomo y Nuez moscada. Nos encanta acercarnos a ellas, hacerles ritual y reverencia e incorporarlas en nuestros productos. Nuestra amada Nympha, el Elixir Afrodisíaco, El Elixir Agua y el Fuego de Marte son algunos de los productos donde las puedes encontrar.
Equilibrar y tonificar el ciclo femenino
Siento que sobre este tema podría hablar muchísimo, sobre lo mal entendido que está nuestro ciclo, sobre nuestra percepción general hacia la sangre de nuestro útero, sobre lo poco que sabemos del comportamiento hormonal durante los diferentes momentos del ciclo–y de la vida, sobre la nutrición, el estrés y la actividad física y su impacto en todo esto, y sobre las grandes aliadas, maestras y compañeras que pueden ser las plantas ayudándonos a sobrellevar, calmar y regularlo. Personalmente, ha sido gracias a ellas y a un acercamiento profundo de su sabiduría que, con el tiempo, he podido reconocer y reconectar con mi ciclo. Ellas nos ayudan a desinflamar, a nutrir la sangre, a desintoxicar y a balancear las hormonas. Nuestra recomendación es tomarlas (mezclando máximo 3) en infusión o como extractos en tintura madre. Lo ideal es tomarlas durante 28 días–un ciclo lunar completo–para que sientas su efecto y energía. Como con cualquier remedio herbal, lo más importante es hacerlo con intención y conciencia, pidiéndole al espíritu de la planta que te permita sanar, teniendo mucha paciencia y constancia y confiando en el proceso.
Artemisa, Milenrama, Salvia, Trébol rojo, Cúrcuma, Hibiscus, Hoja de Frambuesa, Clitoria y Moringa son algunas de nuestras plantas más amadas para regular el ciclo menstrual. Las puedes encontrar en nuestra Poción Magdalena y Poción Santa Elena o en nuestras Tinturas Madre de Cúrcuma, Moringa o Clitoria.
Un ritual para celebrar la Feminidad
Un Lunes por la noche, tómate un tiempo especial. Si quieres invitar a alguien más a hacerlo, también puedes. Lo importante es entrar en un espacio solemne y de conexión. Pon flores y ten contigo una vasija o un vaso con Agua. Empieza por encender una vela Luna, esparce un poco de Bruma Luna o déjate envolver por los aromas de Aire de Venus, antes de empezar puedes también darte un baño con nuestra Poción Floral. Cuando todo esté dispuesto, cierra los ojos, toma varias respiraciones profundas dejando a un lado las distracciones del día. Ahora, haz el ejercicio de reconocer todas las veces en el día en que entras en contacto con el Agua. Piensa en cada vez que tomas alguna bebida, cuando te bañas, cuando cocinas o cuando te lavas. Reconoce también cada vez que vas al mar o a algún río y recuerda cómo se siente de bien estar en esos lugares de agua limpia y fresca.
El agua es el elemento de la vida. Toda la memoria, toda la historia, cada humano, animal, ser, planta– absolutamente todo lo que se ha gestado en este planeta, viene de un mismo lugar, una misma gota de agua cargada y transferida por millones de años; repartida en miles de millones de moléculas de agua. Antes de ser individuos, fuimos una fusión con el agua en el vientre de nuestra madre, con su información y con la información de nuestros ancestros. Nuestro cuerpo es agua y la memoria es agua.
Para cerrar, visualiza este planeta azul y honra toda el agua de la Tierra. Agua que corre, que mueve, que sana y que llueve. Concéntrate en ese vaso o vasija de agua que tienes contigo, llénate de amor, tómatela y agradece.
Artículo escrito por @_Popora para Yerbatería.