Las hierbas y las plantas tienen montones de aplicaciones gastronómicas y medicinales, y hay casi infinitas maneras de aprovechar sus propiedades. Pero para las personas que apenas se empiezan a acercar al mundo del herbalismo, un panorama con tantas opciones puede resultar un poco confuso.
Hoy vamos a contarte tres maneras muy sencillas para aprovechar los beneficios de las hierbas, empezando por lo básico: las bebidas aromáticas. Seguramente has tomado este tipo de bebidas muchas veces a lo largo de tu vida: las infusiones para la digestión, para los síntomas del resfriado y para conciliar el sueño suelen ser parte esencial del «botiquín» de cuidados básicos de las abuelas, y las bebidas refrescantes y cocteles adquieren un delicioso toque adicional cuando se les añaden hierbas.
No todas las hierbas y plantas comestibles y medicinales son iguales, y la manera en la que las usamos debería adaptarse a sus características para sacar el máximo provecho a sus propiedades. Cada preparación implica un proceso diferente, y cada una permite, también, extraer el máximo poder de cada hierba particular. Por eso nos parece esencial conocer estos conceptos básicos, para empezar el camino del herbalismo con el pie derecho.
Para usar las hierbas como bebidas aromáticas, existen tres opciones básicas: infusión, decocción y maceración.
Infusión:
La infusión consiste en hacer una bebida usando las partes tiernas de las plantas (hojas y flores), en agua que esté a una temperatura mayor a la temperatura ambiente, pero menor a la temperatura de hervor.
Para hacer una infusión, se pone el agua a calentar, y cuando está a punto de hervir se apaga el fuego, se añaden las hierbas y se tapa el recipiente para aprovechar los aceites esenciales que se extraen en el proceso. También se pueden añadir las hierbas desde el principio (cuando el agua todavía está fría), revolver durante un rato mientras el agua se calienta, y apagar el fuego antes de que el agua empiece a hervir.
Este es un método usado con mucha frecuencia para preparar té, café (es la manera más recomendable de prepararlo), y bebidas herbales. Si quieres probar infusiones, te recomendamos la de manzanilla, cidrón y toronjil para conciliar el sueño.
Decocción:
Para hacer una bebida usando el método de la decocción, se ponen las hierbas en agua fría en una olla, y se pone a cocinar a fuego lento. En este caso sí se deja hervir durante un rato, y luego se sirve inmediatamente, o se deja enfriar para consumir la bebida helada.
Este método funciona muy bien para partes más duras de la planta, como tallos, raíces, cortezas, rizomas y semillas, pues el hervor ayuda a extraer compuestos que no se obtienen a través de la infusión. Las bebidas con jengibre, cúrcuma o raíces de valeriana son las que más comúnmente se preparan con decocción. Se recomienda mantener el hervor durante varios minutos, pero nunca más de diez, para no cocinar demasiado las partes de la planta que se están usando.
Una receta que vale la pena tener a la mano en el botiquín de cuidados básicos, es la decocción de canela, anís y jengibre, para los dolores abdominales.
Maceración:
La maceración es un proceso mucho más lento, pero mucho más «respetuoso» con las propiedades de las hierbas. Idealmente se hace en frío, poniendo las hierbas en remojo en el líquido en el que las queremos consumir (agua, para bebidas aromáticas, o, por ejemplo, ron blanco para un delicioso mojito) durante un buen tiempo, hasta que el sabor y el aroma se impregnan por completo. Es un método que también se usa para la preparación de perfumes, sólo que en ese caso la maceración se hace en etanol.
Para hacer una bebida usando el método de la maceración, se deberían dejar las hierbas en el líquido durante varias semanas; se puede hacer una versión express, triturando las hierbas para que sus compuestos se integren en el líquido más rápidamente. También se puede hacer en líquidos calientes, acelerando el resultado final, pero sacrificando algunas de las propiedades que se pierden por el calor.
Si quieres probar una bebida refrescante y deliciosa, haz una maceración en frío de hibiscus, geranio y limón.
Cada uno de estos métodos tiene sus ventajas y desventajas, y con cada uno aprovechas diferentes componentes de las hierbas, flores, tallos o semillas que quieres consumir en tus bebidas. Con el tiempo, la experimentación y la práctica empezarás a descubrir cuál es tu manera favorita de preparar las hierbas, pero también vale la pena que, cuando vayas a usar una hierba que no has usado antes, consultes cuál es el método ideal de preparación.
Una enorme ventaja de las hierbas aromáticas es que son muy fáciles de cultivar en casa, así que puedes tenerlas siempre a la mano, frescas y listas para todas tus preparaciones.
¿Cuál es tu método favorito para preparar bebidas aromáticas? ¿Cuáles son las bebidas que más te gustan? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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Mariana escribe en el blog de Yerbatería, y también habla sobre sostenibilidad y vida buena en su blog Cualquier cosita es cariño, donde puedes encontrar información e inspiración para tener una vida más equilibrada contigo misma/o con el planeta, y con todos los seres que lo habitan.
Muy bueno me gustaría especializarme en el tema para poder ayudar a demás personas a consumir nuestras plantas peruanas q son muy medicinales